La infelicidad es el estado poético por excelencia. OP: 46
La plenitud como cúspide de la felicidad sólo es posible en esos instantes en los que poseemos una conciencia profunda de la irrealidad de la vida y de la muerte. Instantes raros en tanto que experiencias, aunque frecuentes en el ámbito de la reflexión, en el cual sólo existe lo que se siente. Ahora bien, sentir la irrealidad y trascenderla en un mismo acto es una hazaña que rivaliza con el éxtasis y, a veces, lo eclipsa. DES: 43
Una especie de felicidad podría obtener quien se entregara a ese devenir [la irracionalidad de la vida], dedicándose, más allá de toda problemática torturadora, a saborear todas las potencialidades del instante, sin la perpetua confrontación reveladora de una relatividad insuperable. ECD: 47
¿Cómo luchar contra la desgracia? Luchando contra nosotros mismos: comprendiendo que el origen de la desgracia se encuentra en nuestro interior. Si pudiéramos darnos cuenta en cada instante de que todo depende de las imágenes que se reflejan en nuestra conciencia, de ampliaciones subjetivas y de la acuidad de nuestra sensibilidad, lograríamos alcanzar ese estado de lucidez en el que la realidad recobra sus verdaderas proporciones. No aspiramos con ello a la felicidad, sino simplemente a sufrir menos. ECD: 193
… la felicidad puede causar sorpresas más dolorosas que las de la desgracia. ECD: 194
Sobre las alas de la oscuridad, fuera del espacio, solo entre la materia y el sueño, elevo los aromas de la decepción a fragancias de felicidad. Nada me parece imposible en la noche, ese posible sin tiempo. Todo es más que posible, pero el futuro no está. Las ideas devienen pájaros de pensamiento y ¿adónde vuelan? A una trémula eternidad, como un éter roído por las reflexiones. BV: 16
Es, después de haberlo liquidado todo, no tener ninguna atadura: estas de verdad desapegado, eres superior a todo. Has triunfado sobre el mundo: ya no queda nada. Para nosotros, que hemos vivido, que vivimos, en la cultura occidental, a esa forma de pensamiento excesivo la llamamos, en fin, se la ha llamado, nihilismo, pero no es nihilismo, puesto que la meta, en fin, el resultado es como un éxtasis vacío, sin contenido, la felicidad perfecta, por tanto. Lo que para nosotros es negación para ellos es un triunfo. CON: 57
No hay comentarios:
Publicar un comentario